lunes, 23 de marzo de 2009

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El Real Madrid sigue en su carrera contra el tiempo y contra el Barcelona. Esta vez alimentó el sueño de la Liga a base de bostezos y despachó al Almería en un partido de difícil digestión, disputado a un ritmo bajísimo y que se decidió con un golazo de Marcelo mediada la primera parte y otros dos de Huntelaar en la segunda. El brasileño y el holandés despertaron a un conjunto demasiado plano. En el regreso de Hugo Sánchez al Bernabéu se vio a un delantero que, como le pasaba al mexicano, consigue la mayoría de sus tantos al primer toque. Remate y gol, no necesita más. Un delantero centro de verdad, que tanto se añoró en la eliminatoria de Liga de Campeones contra el Liverpool.
La hora del partido y el solecito invitaban a la siesta y a esta costumbre tan española se entregó el Madrid en el primer tiempo. No hubo noticias de ese equipo intenso y atrevido que goleó al Athletic en San Mamés. En la primera parte se vio a un conjunto adormilado, sin iniciativa, que cedió el balón y el campo al rival y permitió que el encuentro se disputara a ritmo lento. Nunca se acostumbrará el Bernabéu a esta imagen del Madrid.
El Almería se sentía cómodo y se animaba a ir al ataque, aunque apenas inquietaba a Casillas. Los balones aéreos y las subidas de Bruno y Mané, dos de los mejores laterales de la Liga, fueron de lo mejor de un equipo al que le faltó carácter, personalidad y ambición para haber hecho daño a un Madrid que nunca se sintió cómodo de inicio. Hugo Sánchez volvió a la que fue su casa y sus hombres se comportaron como los perfectos invitados, tan educados como tímidos. Se fueron como llegaron, dejando todos los objetos de la casa en su sitio, tal y como los encontraron. Emplearon la misma cortesía utilizada una semana atrás contra el Barcelona.
Volvió a aparecer Sneijder como titular, en lugar de Gago, pero el holandés no participó tanto en el juego como en San Mamés y sólo dejó constancia de su clase en las acciones a balón parado, que ejecuta con maestría.
Sin más entretenimiento que mirar el reloj para ver cómo avanzaban los segundos se llegó al minuto 24. Sneijder sacó una falta y el balón, después de varios rechaces, llegó hasta la posición de Marcelo, que con un potente disparo con la derecha desde el borde del área batió a Diego Alves. Tal y como estaba el panorama, el encuentro quizá sólo lo podía desenredar un zurdo cerrado con la derecha.
Se esperaba que con el gol el Madrid asumiera el control, pero hasta el descanso el balón continuó siendo del Almería. Se mantuvo el guión previo, con el Madrid replegado y los andaluces desperdiciando tanta posesión. Lo más llamativo fue un centro-chut de Mané que obligó a intervenir a Casillas.